Tour Museo Prerrománico de San Martín de Salas

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Beato de San Pedro de Cardeña

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En la cabecera de la capilla se conserva una colección de manuscritos medievales. Un total de cuatro reproducciones facsímiles vinculadas a la Monarquía Asturiana que permiten ilustrar la magnífica labor de los amanuenses, personas que tenían por oficio escribir a mano, copiando escritos ajenos o dictados, durante el periodo medieval.  Reflejan asimismo el esplendor de la cultura asturiana en la época del Reino de Asturias.

El primero de los manuscritos, el Beato de San Pedro de Cardeña, de finales del siglo XII, es una de las múltiples copias del Comentario al Apocalipsis de San Juan escrito por el Beato de Liébana en torno al año 776. Beato no solo defendió con sus tesis que Cristo es el Hijo de Dios, frente al adopcionismo del obispo Elipando de Toledo que proponía que se le considerase tan solo Hijo adoptivo de Dios; tras la batalla teológica se movían los intereses políticos de defensa de una España cristiana independiente, conectada con Carlomagno y Roma, frente al poder islámico.

El comentario sobre el Apocalipsis adquirió una enorme resonancia durante la Edad Media siendo numerosas las copias manuscritas realizadas, denominadas genéricamente como Beatos.  Muchas de estas copias fueron iluminadas con magníficas imágenes y constituyen una de las cumbres de la iconografía medieval. Debido a su importancia y calidad visual, los Beatos forman parte del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO desde el año 2015. 

Este Beato es un manuscrito profusamente iluminado que procede de la abadía cisterciense de San Pedro de Cardeña, Burgos. Data de fines del siglo XII, por lo que es considerado uno de los beatos más tardíos.

En sus páginas, elaboradas con pergamino, el texto se distribuye en dos columnas y emplea la tipografía minúscula carolina, escritura utilizada en el imperio de Carlomagno, desarrollada como escritura estándar en Europa para que el alfabeto latino pudiera ser fácilmente reconocido por la pequeña clase alfabetizada de cualquiera de las regiones. Sus miniaturas fueron realizadas por tres artífices diferentes que ilustran ricamente los textos.

La miniatura 1B visible en la vitrina muestra a dos ángeles flanqueando al cordero místico nimbado, es decir, con la cabeza rodeada por un círculo luminoso, como símbolo de santidad. Una de las criaturas porta los tres clavos de la Pasión de Cristo. Del cordero emergen la lanza y el cáliz que se elevan hasta el registro superior. Sobre fondo azul se halla la Cruz de Oviedo con el alfa y el omega pendiendo de sus brazos.

Posee una doble vertiente simbólica. Por un lado, religiosa, ya que representa a la Iglesia Triunfante a través de la resurrección de su redentor. Por otro lado, política, pues la cruz representada es el emblema de Alfonso II el Casto, en cuyo contexto tuvo lugar la redacción de Los Comentarios al Apocalipsis del Beato de Liébana.