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Cruces protectoras
El templo de San Martín de Salas ha conservado varias lápidas decoradas por bellas cruces protectoras, símbolo de la monarquía asturiana que aparece en la actual bandera de Asturias.
La cruz victoriosa de cuyos brazos penden el Alfa y el Omega apocalípticos fue tomada como un emblema por la Monarquía Asturiana, tal y como constatan las numerosas donaciones de cruces de orfebrería que los reyes hicieron a las catedrales.
La primera lápida está enmarcada por una moldura lisa sencilla. La cruz ocupa una posición central y de sus brazos penden la primera y la última de las letras del alfabeto griego: alfa y omega.
Una inscripción ubicada en la parte superior e inferior confirma su función protectora aludiendo al poder de la cruz de la salvación contra la presencia del Ángel Exterminador. El Ángel Exterminador es una figura bíblica, aniquiladora de los primogénitos egipcios durante la última de las plagas. Su presencia simboliza la muerte de aquellos que se alejan de las leyes divinas.
La segunda de las lápidas posee una moldura con doble soga o cordón grueso de espiga, una decoración habitual en el Arte de la Monarquía Asturiana. La epigrafía se ha perdido y es ilegible, no obstante, aún se puede apreciar la cruz griega central que remite a la Cruz de los Ángeles donada por el rey Alfonso II El Casto a la Catedral de Oviedo.
La tercera cruz está expuesta en el ábside de la capilla.